España cuenta con más de 10 millones de dispositivos electrónicos en los que los lectores pueden acceder a una lectura digital óptima con muchas más prestaciones que la tradicional, sin embargo, ¿es suficiente la oferta actual con respecto a la demanda emergente de libros electrónicos?
Europa y América miran con recelo a nuestro país, subido a la ola de las vanguardias digitales, por la gran penetración que han tenido los dispositivos digitales en la sociedad. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la digitalización de libros impresos, cuyo dato nos relega a la cola de Europa e incluso de los principales países desarrollados del mundo.
El Observatorio español de la Lectura y el Libro incide en que sólo 23 de cada 100 libros en nuestro país son digitales. Si a esto le sumamos que de cada 100 euros facturados en el sector sólo 3 proceden de versiones digitales, nos encontramos ante un verdadero paradigma que sólo el tiempo logrará despejar.