Son los títulos más vapuleados tanto por los lectores como por la propia industria, incapaces de creer que entre sus páginas se encuentra la felicidad o el secreto definitivo para no envejecer.
Con la era digital, este tipo de libros se ha multiplicado exponencialmente, algo que podemos comprobar en cualquier Store. Sin embargo, los remedios inmediatos para alcanzar la felicidad o el secreto para ser joven eternamente pueden acarrear ciertos peligros.
Psiquiatras, filósofos, escritores y un sin fin de profesionales muestran su escepticismo sobre la efectividad de estos títulos, aunque prácticamente todos los sectores cuentan con sus referentes en lo que a libros de autoayuda se refiere.
No hay rama que se les resista, incluso llegando a superar en ventas a las categorías reinas de este sector como “Tus zonas erróneas” o “Toda esa gente insoportable”, auténticos best-sellers en medio mundo.
Si no puedes con ellos, ¡únete!
O eso han debido de pensar los cientos de profesionales que cada año se atreven a escribir sus propias experiencias o a aconsejar a los lectores sobre sus problemas, enfermedades y demás complicaciones.
Pese a que a estos libros se les considera el “Uber” de la industria editorial, varios estudios han demostrado que quien accede a este tipo de obras, finalmente acude a un especialista si su problema persiste.
También los lectores se muestran escépticos ante estos títulos, aunque acuden a ellos en masa con el fin de contextualizar su problema. Recurren a ellos por necesidad, y no por placer, como otro tipo de lecturas. Por ello, la forma de acceder a estas obras demuestra que en un alto porcentaje de casos son aquellos lectores que no se atreven a acudir a ciertas terapias o profesionales por timidez.
Los libros de autoayuda referidos al sexo se cuentan por miles en las Store de los principales sistemas operativos, sin embargo, a las consultas de estos profesionales únicamente llegan los casos cuando no hay ya muchas salidas o las opciones se han reducido.
El hecho de desechar todos los títulos en bloque, tal y como hacen los profesionales que aún no se han puesto a escribir, parece un error, pues hay que pensar que siguen siendo sólo libros y que en los casos más complicados es el lector el que finalmente acude a un especialista para resolver su problema, muchas veces empujado incluso por el autor de la propia obra.